viernes, 18 de diciembre de 2015

Presente continuo


He observado, últimamente, que muchos, si no todos, los trabajadores de este empresa dedican buena parte de su tiempo a escribir, con ágiles y precisos unos, con nerviosos y revisores dedos otros, sobre unos artilugios luminosos, de sobremesa aquéllos, de portabilidad manual éstos. No sé exactamente qué escriben, cómo, a quién ni por qué. No soy agente de la ley ni inquisidor general, de manera que me trae al pairo la calidad ni la función de tales letras. Lo que sí puedo asegurar es que es enorme la dedicación vertida en ello y que, si todo ese esfuerzo volcado en esa actividad se dirigiera a cualquier otra, posiblemente estaríamos hablando de un gran avance para la humanidad.
Me pareció distinguir, no hace tanto, a una profesional que, sentada a la mesa camilla, hacía caso omiso de los compañeros, que la rodeaban en amena tertulia, mientras ella leía con concentración abstraída, si se me permite el pseudo-oxímoron, una obra literaria en una de esas pequeñas pantallas portátiles. Sin duda, chocaron dentro de mí dos ideas a cuál más convincente: por una parte, consideré que la mencionada señora destacaba por su virtud (si ello es posible etimológicamente en una dama, pues la virtus en su origen latino es la cualidad intrínseca del varón), digamos, culta y docta; por otra parte, me asaltaba la duda de si esa actividad lectora no resultaría un tanto ofensiva para los contertulios, que se devanaban los sesos por pasar un rato entretenido, entre comentarios jocosos, irónicos y, a veces, nostálgicos, pues ya se sabe que siendo el futuro, sin duda, el lugar donde todos queremos estar, no es menos cierto que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor... sobre todo, para los que ya cuentan después de algunas primaveras otros tantos otoños.
Entonces comprendí cuál es la función de esos aparatos: ser presente, presente simple y presente continuo, una manera, como cualquier otra, de seguir siendo jóvenes... o al menos, de parecerlo.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Et in Arcadia ego



"Tras la muerte de Jorge de Cueto, su esposa e hijos trasladaron su domicilio a la calle Alta y Baja, concretamente a una casa situada en el conocido popularmente como 'Rincón de las Beatas'. Este lugar se encuentra entre los muros del antiguo colegio de niñas huérfanas de San Ildefonso, hoy denominado San Luis, y la casa número 1 de la Calle Baja".
Eso leía Sir A., distrayendo su tiempo durante la hora de guardia. Parecía entregado con afán a la catalogación de libros, cuando cayó en sus manos un ejemplar titulado "Las Cuetas" y lo abrió con desgana por una página al azar. Cuántas veces había deambulado él por aquel pasaje, por ese escalón urbanístico irreverente, por ese desafío a Hipodamo de Mileto, volviendo a su casa, una manzana más baja y más allá de la mía, escuchando atento el griterío de los niños del San Luis que se desgañitaban entre juegos a la hora del recreo. Todo era parte de lo mismo, jugar, aprender, libros, balones, esculturas religiosas, leer,... Todo en la naturaleza lee lo que la propia naturaleza escribe. No es una artificio, sino una transposición de la materia a símbolo, de la parábola de la pelota que busca portería a la curva del vuelo de las aves migratorias y otoñales, de la onda voluminosa de la talla barroca de una Inmaculada Concepción a la filigrana de la caligrafía en la firma de Doña Josefa de Cueto, del haz de luz del proyector del aula a la sombra tenebrista del Rincón de las Beatas. Et in Arcadia ego.

viernes, 24 de julio de 2015

NICANOR PARRA

5 AUTORES CON MARIO: NICANOR PARRA

En este retrato de Lorenzo Marqués podrán reconocer al Premio Cervantes más escéptico y burlón, un loco del Renacimiento, poeta, ilustrador, matemático, físico, que se declara “ateo por la gracia de Dios” y en cuya estampa coinciden, sin contradicción, el delirio y la sabiduría. Hay también, en la mirada y en la inclinación de la cabeza, un punto de suficiencia; parece a punto de reírse de nosotros, de todos nosotros, y, en especial, de los “tontos solemnes”.

Para entender qué es un “tonto solemne”, consúltese su obra Poemas y antipoemas (1954), que significó una revolución primero en la poesía chilena de entonces, dominada por la colosal figura de Pablo Neruda, y, poco a poco en toda la poesía latinoamericana, hasta tal punto que el prestigioso crítico norteamericano Harold Bloom ha dicho de él que se trata de uno de los más grandes poetas de Occidente. En Poemas y antipoemas, Parra se carcajeaba de la solemnidad de la poesía dominante en su tiempo, auténtico “paraíso del tonto solemne” (¿incluía a Neruda en tal categoría, la de los tontos solemnes, aquel poeta que parecía recitar desde el fondo de una tumba?), a la que era preciso oponer una antipoesía que bajara al Poeta del Parnaso, o del Olimpo, de todas las alturas, que bajara al poeta de la P mayúscula: “Contra la poesía de las nubes, nosotros oponemos la poesía de la tierra firme, cabeza fría y corazón caliente”.

La lección magistral de Parra es esta: la solemnidad solo se combate con el juguete poético, o anti-poético. Como muestra, un botón:

La montaña rusa
Durante medio siglo la poesía fue
el paraíso del tonto solemne.
Hasta que vine yo
y me instalé con mi montaña rusa.
Suban, si les parece.
Claro que yo no respondo si bajan
echando sangre por boca y narices.

Hermano de la añorada cantante Violeta Parra, nacido el 5 de septiembre de 1914, este chileno centenario encarna como nadie la voluntad siempre joven de la transgresión, la innovación, el empeño de revolver el lenguaje y las cosas: “El poeta no cumple su palabra si no cambia los nombres de las cosas”.


En 2011 le fue concedido el Premio Cervantes, que no pudo recoger debido a su avanzada edad. Una de esas finas ironías de la vida le concedió también el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, que tampoco pudo recoger. Aunque declaró: “No es la primera vez que recibo un premio que no merezco, y espero que no sea la última”.

jueves, 23 de julio de 2015

SONETO JUBILOSO E IMPERFECTO

CUATRO VERSOS PERFECTOS VOY BUSCANDO
PARA ASÍ COMPONER UN GRAN CUARTETO
EL TERCERO AQUÍ LLEGA CELEBRANDO
QUE ESTE CUARTO DE ROSA VA REPLETO

QUE ASTROS FAVORABLES ME ILUMINEN
CON LA LUZ PURA Y CLARA QUE DESTELLA
SOBRE LOS QUE LOGRASTE QUE CAMINEN
POR LA FÍSICA ESPARCIDA DE TU ESTRELLA

COMO DEDO AL ANILLO DOS ANTONIOS
QUE ESTE PAR ES SIMPAR Y ES EXPONENTE
VAN DANDO CUMPLIMIENTO A ESTE TERCETO

DEL INCA MONTILLANO TESTIMONIOS
METÁFORA LOS CUATRO MUY VALIENTE
CÜÁDRUPLES VECTORES DE UN SONETO


NOTA BENE: donde se ruega por parte del autor anónimo los fallos métricos y de estilo y se alega, por su parte, la tensión vivida en el claustro final, que impidió la debida concentración en tan difícil tarea sonetística.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Duelos, quebrantos y hamburguesas

Al señor Al. lo conocí en mi propia casa (bueno, ahora ya no es mía aunque siga siéndolo, es del pueblo o del ayuntamiento, no sé si es lo mismo, lo dudo). Había montado un puesto de venta de libros, de libro, para ser más exacto, del libro que esa velada se presentaba al público de esta noble ciudad de la campiña cordobesa. Me llamó la atención su aspecto de hombre honrado pero ameno, su mirada de hombre franco, pero no del régimen (sea el que sea el nombre que reciba un régimen, siempre es el mismo, ya se trate del estado o de la dieta), su inquieto pero tranquilo saber estar, dispuesto a la circunstancia y abierto, pero no en exceso, su vuelo estático bajo el ala de una cándida retranca y sobre el pedestal humilde de una aristocrática sonrisa, un tanto pícara, de barrio de pueblo sin estridencias. O, al menos, eso me pareció.
De una manera u otra, lo tengo entretenido buscándome, pues lo solicito, sin que él lo advierta, a través de Sir A., al que poco a poco vais conociendo.

Me he acordado de él, si es que es memoria lo que me va quedando, porque ayer o antes de ayer (no tengo horologio que mida el tiempo ni clepsidra que inquiete mi ataraxia) advertí sobre el suelo de la sala un pliego del periódico (suele vendérselo los domingos a Sir A.) que se había separado, por mano del destino, del resto de sus desencuadernadas planas, y en ella me fijé en un nombre propio que me devolvió nostálgico a mi época y a aquel genio de las letras que ahora todos ensalzáis (bueno, no todos) y pocos leéis, con el que comparto cierto honor a modo de aniversario: 'Del Quijote a la hamburguesa', rezaba el título del artículo, en tanto que el copete hablaba de 'retrato de la realidad' y 'reconversión para el futuro'. Nunca he degustado una hamburguesa, apenas he llegado a olfatearla, si es que estas asociaciones de ideas y sensaciones sutilísimas pueden llegar a sustituir al olfato, alguna vez que otra, cuando los vecinos de la calle de al lado, que lleva nombre de mi gran patria chica, les da por imitar en casa a lo que dicen que es un emporio de algo llamado 'comida rápida o basura'.
Como me veo imposibilitado de entender qué tiene que ver aquel personaje literario con esta forma de alimentación tan curiosa, os recomiendo el siguiente artículo.


Mal de muchos,... barbas en remojo

20 letras por segundo
Si bajáis la vista/si hacéis bajar la página, veréis con vuestros propios ojos (vosotros que podéis) una estrecha ventana con noticias rodantes referentes al mundo del libro (cosas de la red global y del valle silíceo). Hoy ha saltado una nueva que parece antigua, de un país lejano allende los mares que parece el nuestro. De allí suelen llegar luctuosas noticias fronterizas, duelos y quebrantos del Norte y del Sur, disparos sordos de mafias y espaldas mojadas, silbido de alambradas ulcerantes y llantos callados de madres que buscan a sus hijos muertos desaparecidos y/o a sus hijas violadas y semi-enterradas en descampados de los que se enseñorean los coyotes (animales y humanos) conduciendo furgonetas negras.
Pues bien, de ese país viene esta noticia: y, a decir verdad, si suprimiéramos los nombres propios y los datos numéricos, y extractáramos las ideas-fuerza (cómo les gusta a algunos eso de la fuerza de las ideas), creeríamos que se refiere a nosotros (incluso habla de Pisa que siempre me agobia con su torre inclinada de resultados estadísticos en inminente amenaza de caer sobre nuestras cabezas iletradas). Menos mal que, al menos, tenemos un índice de bibliotecas por habitante cercano al de los países nórdicos: la cuestión es si las utilizamos para algo.
Me apareceré en sueños al ¿ministro de cultura?, y lo pienso con minúsculas e interrogaciones por alguna razón que no se escapa a nadie.


lunes, 25 de mayo de 2015

Contra la escritura...

Σωκράτης

"Sócrates: Éste es, mi querido Fedro, el inconveniente, así de la escritura como de la pintura; las producciones de este último arte parecen vivas, pero interrógalas, y verás que guardan un grave silencio. Lo mismo sucede con los discursos escritos: al oírlos o leer los crees que piensan, pero pídeles alguna explicación sobre el objeto que contienen, y te responden siempre la misma cosa. Lo que una vez está escrito rueda de mano en mano, pasando de los que entienden la materia a aquellos para quienes no ha sido escrita la obra, sin saber, por consiguiente, ni con quién debe hablar, ni con quién debe callarse. Si un escrito se ve insultado o despreciado injustamente, tiene siempre necesidad del socorro de su padre, porque por sí mismo es incapaz de rechazar los ataques y de defenderse."

Platón, Fedro 274c-277a y 279b- 279c.

Sócrates (Platón) ataca la escritura como un monstruo que devora la memoria. Eso fue hace 24 siglos. Hoy expertos neuropsicólogos (triple tanto de helenismo) empiezan a pensar, después de intensos estudios y sesudos análisis, que la lectura digital es superficial y engañosa frente a la lectura en papel, profunda y sensitiva. 
Tablillas de arcilla, de cera, papiro, pergamino, códices,
imprenta, incunables, facsímiles, libro de bolsillo,
notebook, e-book, tablet,...
Recuerdo lo que se decía de Gutemberg y su imprenta en mis tiempos. Hubo algunos que criticaron este invento como arma del diablo contra la fe, porque permitía a muchos leer: leer libros sagrados, leer libros prohibidos, tan peligroso lo uno como lo otro. 
Hoy lo llamaríais democratización cultural. Parece que existe una corriente de pensamiento contra el hecho de que muchos lean y escriban y que, a falta de argumentos razonables y convincentes, se inventan una idea muy extendida entre la aristocracia intelectual de que lo extenso no puede ser profundo, de que los muchos no pueden sino ser superficiales y vulgares. No somos ni mejores ni peores que los hombres de las cavernas, ni más humanos ni más salvajes que los ciudadanos atenienses que forjaron la democracia, ni más cultos ni menos filósofos que los humanistas del Renacimiento, ni más ilustrados ni menos radicales que los enciclopedistas o los revolucionarios franceses, ni más ni menos humanos que cualquier humano anterior o posterior, sólo estamos en una fase de la historia, en un estadio del progreso, bien sea este lineal, parabólico, ondulante o cíclico, sólo somos resultado de un pasado y punto de partida de un futuro y tenemos que aprovechar el tiempo que nos ha tocado vivir, el que han construido las generaciones anteriores y el que tenemos que legar a las venideras en las mejores condiciones posibles. 
Leamos pues, ya sea libros de papel o digitales, periódicos impresos o virtuales, poesía, narrativa o ensayo, teatro, ciencia o filosofía,... leamos incluso la publicidad agresiva, la prensa amarilla, rosa o las esquelas de difuntos, los trozos de papel tirados por los suelos o los estampados de las camisetas de los jóvenes fiesteros,... 
Y escribamos, escribamos poesía adolescente y vergonzante, whatsapps con guasa o divergentes, listas de la compra y recordatorios para nuestra mala memoria por habernos entregado a la escritura, sumemos entradas tras entradas en blogs que acabaran abandonados como perros en la carretera del olvido, profundos tratados sobre nuestra superficialidad vulgar y despreciada, tareas llenas de faltas de ortografía para el maestro exigente, trabajos para la seño de 500 o más palabras entre las que se cuelen algunos atentados contra la RAE,... 
Gastemos tinta y papel para fastidiar a los ecologístas, derrochemos impulsos electrónicos por no quedarnos de brazos cruzados. Quizás nadie nos lea, tal vez no leamos a nadie: seremos entonces como islas micronésicas en la inmensidad pacífica del oceáno, pero seremos algo.


domingo, 24 de mayo de 2015

Maneras de escribir

Raúl Zurita víctima de Pinochet y del Parkinson
El poeta (ficticio) Alberto Ruiz-Tagle o Carlos Wieder dibujaba poemas aéreos sobre el cielo de Chile mientras se dedicaba a asesinatos terrenales durante la dictadura de Pinochet.
Al mismo tiempo (real), Raúl Zurita escribía un geoglifo en Atacama: 'ni pena ni miedo'.
Algunos han escrito con zumo de limón, otros con tinta invisible; hay quien con forma de caligrama, mientras los espías lo hacían con sistemas criptográficos.
Como los materiales de escritura tuvieron un precio prohibitivo durante muchos siglos, se reaprovechaban los pergaminos como palimpsestos.
Ovidio escribía lo de 'mille modi Veneris' en su Ars Amandi y acabó en el exilio.
En Grecia la escritura bustrófedon imitaba el ir y venir del arado tras la yunta.
En Mesopotamia se estilaba lo cuneiforme, en el Egipto faraónico el jeroglífico.
Un hominído dejó impresa la huella de su mano impregnada en pigmentos naturales sobre la roca de algún cobijo paleolítico.


sábado, 23 de mayo de 2015

"Los ojos del hermano eterno"

Stephan Zweig y su inquietante bigote
¿Qué te pasaría a tí, sí, a tí te digo, si comprendieras demasiado tarde que has acabado con la vida de tu hermano sin saberlo? Si supieras a destiempo que eres un Edipo fratricida, ¿cómo reaccionarías? ¿Cómo lo afrontarías? ¿Cómo lo soportarías? ¿Cuál sería tu auto-condenación? ¿Qué pena o castigo te impondrías o cómo conseguirías perdonarte? ¿Qué redención podrías buscar para poder soportar tu propia vida el resto de tus días? ¿Cómo mutilarías tus posibilidades de ser feliz llevando esa carga a tus espaldas? ¿Qué rayo de luz y de esperanza podría iluminar tu camino en adelante? ¿Qué filosofía te dispensaría una mínima posibilidad de entender el porqué de tu acción? ¿Qué más allá te podría abrir una puerta a la redención?
Virata es un héroe que nos ofrece respuestas a todas estas preguntas y a algunas más por la mano de Stephan Zweig, un romántico tan moderno que parece imposible que el siglo XIX pueda convivir con el XX de una manera tan brillante; un experto en la psicología humana, especialmente en la femenina, que desarrolla un prosa con un ritmo envolvente y que potenciando la sensibilidad al máximo nunca se aproxima a la cursilería, pues su fuerza narrativa es tal que jamás cede ni en los momentos en que cualquier otra se licuaría.

Este escritor alemán que parecía francés duerme un sueño eterno y voluntario junto a su amante sobre un tablero de ajedrez que se dibuja en su última casa de alquiler en Petrópolis.




miércoles, 13 de mayo de 2015

DIME ADIÓS, QUE ME VOY

"No recuerdo cuánto tiempo llevo despierto ni cuándo empecé a sentir frío. Ahora todo mi cuerpo tiembla a pesar de que estoy tapado con una estupenda colcha de plumas que mi mujer compró hace décadas.
Soy incapaz de moverme, tan sólo continúo mirando embelesado la fina cortina blanca que filtra una suave luz proveniente de una farola en la calle y que ilumina parte de la bien amueblada, pero aún así vacía, habitación donde duermo noche tras noche."

Así comienza (soy testigo de ello) uno de los relatos ganadores de los premios del Día del Libro en nuestro centro. Lo vi colgado de un hilo de sedal que normalmente sirve para sujetar cuadros de alguna exposición, que diría mi amigo Músorgski (lo conocí casualmente hace ya casi dos siglos en Pskov, cuando él era tan sólo un mocoso y asistió casualmente a una misa en la Santísima Trinidad).

Esta descripción en primera persona, entre aséptica y sentimental, de un personaje moribundo nos lleva a ese instante, al segundo instante definitivo en la vida de un ser vivo (el primero es el momento del nacimiento, o quizás de la concepción, este dilema nos llevaría mucho tiempo y esfuerzo, además de alguna fuerte polémica, dilucidarlo).

Sin duda, el breve pero intenso relato tiene momentos tan brillantes como tristes, pero es la frase final la que resulta más convincente. No os la perdáis.

viernes, 8 de mayo de 2015

84, Charing Cross Road


Helen Hanff
'Si quieres aprender lo que es una bibliófila, no te queda más remedio que leer a Helen Hanff en este delicioso librito epistolar', comentó P. Había mucha bulla en la Biblioteca: no pude percibirlo nítidamente, pero creo que fue esto lo que dijo. Y cuando pienso 'mucha bulla', quiero decir entre 20 y 30 personas. El ambiente era respirable para un ser vivo, cuánto más para mí que ya no necesito aire si no es metafóricamente.

Ahora, tiempo después (¿hace medio año?), lo asocio a otros rumores que me llegaron en la conmemoración de la que tengo un tercio de culpa junto a Miguel y Guillermo (¿hace medio mes?). Una jovencita dijo algo así como: 'No es lo mismo leer en un libro virtual que en uno de tinta y papel, en aquél te pierdes el tacto, el olor,...' Joven y sabia.Tampoco la bulla era mayor que la anterior. Todo se andará.




domingo, 3 de mayo de 2015

RES PUBLICA LITTERARUM

Como dejándolo caer, M. apuntó a Sir A. una pequeña idea para su proyecto: 'Han abierto una nueva librería en Córdoba, donde se puede catar un vino mientras se degusta un pasaje de tu novela preferida, saboreas unos versos de un poeta del alma, reflexionas con los taninos de un ensayo embriagador con aromas a crítica social o paladeas un libro de historia profunda de Oriente con retrogusto a patios de la infancia'.

Quizá no fue exactamente eso lo que dijo M., tal vez me he adornado un tanto (que él me perdone).'Se llama La República de las Letras', añadió para reforzar la endeble memoria de Sir A., que últimamente empezaba a creerse en brazos del Alzheimer, como un Argan moleriesco, si existe este adjetivo.Sir A. repitió lentamente el nombre de la librería-enoteca-cafetería-etc., pues todo ello brindaba el local, según le explicó M.

Así que Sir A., snob y diletante donde los haya, se preguntó en su perfecta ignorancia (deseosa -eso sí- de conocer) a qué le sonaba tal título. Se respondió que a IKEA o al Quijote, tanto da, que hoy todos 'vivimos revolcaos  / en un merengue  / y en un mismo lodo  / todos manoseaos', sabios y lerdos, vivos y difuntos, materia y espíritu.

Posiblemente el noble sin título, preocupado por su desconocimiento supino, haya indagado algo al respecto (ya podéis imaginarlo: existe un mundo nuevo, paralelo al que vivís, virtual lo llamáis, ¡si Colón levantara la cabeza. si Huxley abriera los ojos!) en esos trastos que os vampirizan de continuo. Seguramente, haya descubierto algo al respecto, algo que ahora cree saber, porque cree haberlo encontrado, algo respecto a un tal Marc Fumaroli, algo sobre una sociedad de sabios humanistas del Renacimiento y, más tarde, barrocos (cómo os gustan las categorías históricas convencionales, como si el tiempo pudiérais dividirlos en tramos, igual que en la paradoja de Aquiles y la tortuga, ay Zenón, qué cosas). No me cabe duda de que ahora mismo estará escribiendo algo al respecto, sintiéndose importante, a pesar de reconocer su inmensa infamia (tanta como para merecer, pensaba entre la fiebre de autoestima que le atacaba esta tarde, ser insertado por Borges en su obra como un segundo impostor inverosímil); reconocerla sí, pero sólo para sí mismo; reconocerla sí, pero no confesarla,...

A no ser que su conciencia sea la misma que la mía y que sus palabras sean tan virtuales como reales.


ESTRELLA INVITADA: María Roldán Eugenio


Grande viaggio di caccia e di guerra. Enzo Cucchi

Como una paloma planeando sobre mi frente va cayendo tu recuerdo sin avisar.

Tus párpados envuelven mi noche y yo despierto en tu día: nos batimos con los vientos de un Atlántico firme y que sólo sabe del ser humano sus durezas y gestos de marinero.

Ni los barcos ni las fotografías me traen el aire de tu casa; son los árboles, tus árboles altos, y tan altos que su sombra llega al viejo Occidente y me hacen saber de tu silueta: desandas entre carreteras y granjas y las señales amarillas. Yo llego a la ciudad de tu mano, y ya es otoño, ya es otoño desde hace mucho tiempo en esta América prometida.

Tu cielo y mi cielo extendiéndose, uno sobre el uno, otro sobre el otro, tú invadiéndome la pupila como un ángel súbito adornado de pájaros. Y yo te diría: ¡soy solo alambre sin tu boca! Y alambre soy; cuesta llenarse de tu carne y abandonar mi frío celeste de insecto solitario.

Te miro y te veo tumbada en el mar, sólo tú al otro lado y América sobre tu vientre. 

viernes, 1 de mayo de 2015

La orfebrería de Gabo

Sobre la mesa de la sala, un periódico abierto. En el centro de la extensa página un personaje con apariencia de funcionario se afana sobre un folio de densa tipografía. Las gafas de pasta, el bigote prieto, el cuello de la camisa como una gola sobre jersey de pico: son los años finales de los sesenta. El hombre pensaba dejar su huella sobre la luna pronto. Pero de la imagen destaca su mano: empuña una pluma estilográfica (quiero pensar) regalo de alguien muy cercano, muy querido. Esa mano es el instrumento del alma que se derrama a través de los cristales de las gafas. El hombre corrige en silencio, con la serena alegría de reencontrarse a sí mismo, de corregirse, de mejorarse. Entre la menuda letra del folio que revisa se deja imaginar una pequeña aldea y un remolino de polvo legendarios.

Debajo de la imagen y por sus alrededores corre el arroyo de un artículo firmado en México (no conozco a la familia del redactor por parte de madre, de origen germano, supongo).


Así, con precisión de relojero, Gabriel deja caer una fina lluvia de mejoras sobre una obra que ya él sabía magna, una novela que marcaría un hito en la Literatura Universal con mayúsculas y que lo llevaría junto a los clásicos con esas maneras humildes con que se dejaba cantar 'Las mañanitas' por su octogésimo séptimo cumpleaños.

Hace poco lo vi deambulando por aquí, porque todos nosotros estamos en todas las bibliotecas, incluso en las más humildes y perdidas de este vertiginoso y torrencial mundo que el ser humano cree haber construido.

miércoles, 29 de abril de 2015

REBECA

El maestro Alfredo nos dejó esta cinta en blanco y negro, basada en la novela de Daphne du Maurier (qué bien suenan los pseudónimos antiguos cuando son nombres reales), donde nos cuenta la historia de Maximilian De Winter (Laurence Olivier), aristócrata inglés, que ha perdido a su esposa, Rebeca De Winter, hallada muerta junto a la costa. Maximiliam va a Montecarlo con el ánimo de sobreponerse a lo sucedido. Allí conoce a una joven (Joan Fontaine), empleada por una señora, Mrs. Van Hopper, como dama de compañía. Y a partir de ahí...

Pero no era de esto lo que este viejo abeto quería escribiros, sino de otra REBECA, menos poética y cautivadora, menos inquietante, pero igual de sugerente. Porque esta base de datos, que sugiere registros bibliográficos en formato Ibermarc, está concebida como una fuente de recursos para la catalogación automatizada, principalmente dirigida a las bibliotecas públicas. De modo que resulta una ayuda indispensable para quien quiera catalogar sus libros y no encuentre la ficha técnica en el catálogo de ABIES, que soy yo.

Ah, a propósito. Daphne de Maurier también escribió una novela titulada 'Los pájaros', ¿os suena?


¡3 x 2: oferta del día!

Esta mañana abrí los ojos que no tengo (debe ser una costumbre adquirida en mi pasado) y escuché (sí, ya sé que confundo mis sentidos y los vuestros, pero el sentido que más vale es el común, que todavía está por definir). Escuché un par de voces femeninas. Escuché esto, que aunque antiguo aún parece vigente:

cada cual con si kirie eleison.

En fin, que Dios nos pille confesados que "con la iglesia hemos dado, amigo Sancho".

sábado, 25 de abril de 2015

El Día del Libro en el Inca


El 23 de abril de este año, recibimos en nuestro centro la visita de la poetisa Maricruz Garrido.

Este año, como parte del programa de eventos realizados para conmemorar el Día del  Libro, los alumnos de 1º de Bachillerato tuvimos el placer de escuchar un recital de poesía de Maricruz Garrido Linares. A través de su obra "Perfil de poetas y escritores", esta poetisa prieguense, Licenciada en Filología Inglesa, nos presentó algunas de sus composiciones, relacionándolas con la vida de genios de la literatura, desde Shakespeare hasta Virginia Woolf, destacando en especial los poetas de la Generación del 27.
Asimismo, la poetisa nos explicó la evolución de su obra, que empezó siendo intimista y en la actualidad tiene una finalidad social y de protesta ante la actual situación política y económica.
Este recital me pareció muy conveniente, ya que los jóvenes en general no se acercan a la poesía por su aparente dificultad, y sin embargo Maricruz nos aproximó de un modo grato a los grandes poetas que ella admira.

Pero antes de dar mi opinión, mejor es que juzguéis por vosotros mismos la calidad del poemario de Maricruz: haz clic sobre el cartel anunciador.

Azucena Doncel Ramírez

viernes, 24 de abril de 2015

Leer os hará libres


Mario y George versus Adolf. Una guerra eterna entre el bien y el mal. La realidad y la ficción. La realidad que se hace ficción y la ficción que refleja la realidad. Farenheit 451 y la quema de libros durante la Aktion wider den undeutschen Geist. Y sobre todo el miedo. Existe algún término que signifique miedo a los libros, miedo a leer. Puesto que he conocido a algún que otro bibliófilo, sin lugar a dudas me habré topado, en este mundo o en el otro, con algún bibliófobo.

Pero también, ¿y por qué no?, el ama y la sobrina de don Quijote.




jueves, 23 de abril de 2015

La imagen del Inca

En realidad nunca se ha conocido la verdadera imagen de Gómez Suárez de Figueroa, el Inca Garcilaso. No se sabe con certeza qué podría reflejar su rostro del pueblo inca, del que su madre era una princesa, y qué tendría de su padre español. Nacido en abril de 1539, Gómez Suárez de Figueroa vivió en la ciudad imperial de los incas hasta los veinte años y partió para Europa en 1560, sin dejar huella alguna de su figura. Los retratos, oriundos del Renacimiento europeo, responden a la necesidad de representar generalmente a una personalidad, sobresaliente por sus méritos. El Inca Garcilaso ya los había adquirido en 1570 gracias a su traducción del italiano al español de un libro de teología y filosofía neoplatónica, los DIÁLOGOS DE AMOR de León Hebreo, pero era muy pronto para haber incorporado este uso europeo en América del Sur. Aunque con posterioridad, hubo varias recreaciones imaginativas del rostro del Inca Garcilaso; la primera sería la versión anónima de la Escuela Cuzqueña, ejecutada hace unos 250 años, la segunda la inicia Francisco González Gamarra, en 1925. A partir de ese momento se sucederán otras versiones sucesivas de sus pinceles, en las que se mantiene el mismo rostro y las facciones, pero cambian aspectos accidentales de edad, color de la piel, vestimenta, postura y expresión. Además existen otras interpretaciones del rostro del Inca Garcilaso, que datan de 1939 y 1959. La imagen que nosotros conocemos es la de este último año y se debe a la iniciativa de José Cobos Jiménez, escritor y cronista oficial de Montilla en los años cincuenta, nombrado cónsul honorario de Perú. Cuando por esta época se descubrió la casa donde el Inca había vivido en nuestra ciudad durante treinta años, gracias a los trabajos del profesor e investigador peruano Raúl Porras Barrenechea, se expone la necesidad de contar con una imagen suya para el proyecto de hacer de su vivienda, su casa museo. Al no existir ningún retrato oficial, se decide construirla a partir de supuestos, como se había hecho anteriormente. José Cobos envía a Perú una reproducción del retrato de don Luis de Góngora hecho por Velázquez, como el cordobés más representativo de todos los tiempos, que serviría de base para la elaboración de su rostro. Allí el artista peruano responsable añadiría los rasgos supuestamente suyos más característicos y definitorios, observados de los retratos antes citados, que se conservan en la universidad de Lima. En la reciente exposición de retratos a plumilla, hemos tenido en nuestro centro la oportunidad de presentar dos versiones mías de los personajes citados, del Inca pintado en 1959 y del Góngora de Velázquez. Aparte de la diferencia de edad y de los rasgos definitorios del Inca, pudimos contemplar similitudes más que sospechosas, como la vestimenta, la nariz aguileña, la cara alargada, el mentón estrecho, redondeado y rematado con una insinuación de perilla debajo del labio. La casualidad de llegar a exponer a ambos personajes juntos, me ha llevado a escribir esto, que pocos de los que entramos a diario en el instituto Inca Garcilaso conocen, que su retrato no corresponde a una imagen real; es sólo supuesto. 

Lorenzo Marqués Muñoz-Repiso

¿El día de qué?

El día del libro. ¿Es que no lo oyes, es que no lo ves?.
Lo siento, pero ya sabréis que no disfruto de los mismo sentidos que vosotros. No soy un ectoplasma, pero tampoco poseo las cinco vías de percepción que tuve en mi momento. Ahora todo son opacas sombras (no de Grey, precisamente) y murmullos sordos (a palabras necias, ya se sabe).
En fin, me han venido a la mente (que es de lo poco que me va quedando, y esto a un nivel casi espiritual) las palabras de ciertos sabios que, a lo largo de estos siglos en los que vengo faltando cuando pasan lista, no dejan de merodear por los vericuetos de mi ausencia tan presente. Y de esas palabras he escogido las siguientes:


También me cautivaron las palabras de un ciego, un Tiresias contemporáneo vuestro, que seguía vaticinando, como el orate griego, desde más allá de las aguas del Leteo que a casi todos nos hacen caer en el olvido:





miércoles, 22 de abril de 2015

Locos lectores

"En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos, como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles, y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo."

Qué placer. Es la palabra del día. ¿Quién ha escrito jamás con esta elegancia en lengua castellana? Posiblemente nadie. Por eso causa placer cada párrafo, cada frase, cada palabra perfectamente colocada, plenamente utilizada cómo y dónde se debe, mostrando la realidad, pero mostrando también a quien la describe.

Y qué locura. Porque leer es, en cierto modo, enloquecer. Y enloquecer, a veces, te lleva a la sabiduría, o quizás sea al contrario. No sé. No soy sabio, soy un necio que quisiera saber. Es un paso, ¿no? Por eso leo, lo confieso, para saber y disfrutar aprendiendo, para olvidar y volver a aprender. Por eso precisamente leo.

martes, 21 de abril de 2015

Un viaje de cuento

Un Viaje de Cuento no es solo una serie de libros donde se narran las andanzas de Salva Rodríguez alrededor del mundo con su bicicleta como rocinante. Es además el proyecto de vida de este profesor de Educación Física granadino que un buen día, hace ya 10 años, decidió cambiar la mochila por alforjas, su casa por una frágil tienda de campaña y a lomos de su bicicleta, comenzar un viaje que terminó hace unos meses y que recorre África, desde Tánger a Ciudad del Cabo por el oeste y desde ahí hasta Alejandría por el Este; Asia hasta el Japón por parte de la Ruta de la Seda; y desde Anchorage en Alaska pedalear hacia el sur hasta la misma Ushuaia.
Salva Rodríguez con su bici por Siberia
De mirada amplia, amigable sonrisa y actitud desprendida, Salva es un regalo como amigo y como compañero de viaje, que la vida me ha dado la suerte de compartir durante miles de kilómetros por este país y algunos lugares de este bendito planeta. 

La narración es una "road movie" de la literatura de viajes en bicicleta, donde se suceden las anécdotas, descripciones de paisajes y gentes, encuentros, reflexiones, altercados y demás sucesos vitales que dan un viaje tan al límite, con el próximo día como objetivo y sin más pretensión que hacerte sentir que viajes con él. Eso, quién ha viajado en bicicleta, lo percibe a la segunda página. 

Están disponibles los dos primeros volúmenes de la serie; África y Asia. Por lo que se, América se terminó de corregir hace unos días y está en imprenta. Pronto podremos bebérnoslo también, cual refrigerio estival.

DISFRUTEN, SI LES APETECE !!!

Todo está en los libros

Parece como si todo el mundo estuviera mirándome.

Tengo la extraña sensación de que todos se agolpan ante mis letras y que todas esas letras mías fueran las de todos, las de todos los tiempos y lugares, las de todos los alfabetos y lenguajes, las que todos los seres humanos de la historia hubieran escrito o grabado, transmitido y borrado a lo largo de los siglos y a lo ancho de todos los países y regiones, estados e imperios, reinos y repúblicas. Se arremolinan ante mí mensajes, símbolos y señales, códigos y frecuencias, brailles, morses y nubes de humo entrelazadas o dispersas. Toda la información que nuestra raza ha generado durante milenios, toda la que ha llegado de un emisor a un receptor, pero también la voluntad de lo que se ha perdido y, en su irrealidad latente, quisiera poder ser de alguna manera inexpresable.

Un laberinto de obras personales y universales que se amontonan en los estantes que se adhieren a las paredes que conforman unas salas que se dan paso las unas a las otras, forjando un laberinto que conserva y protege, que defiende y ofende, que rechaza a la vez a los curiosos y a los malvados, a los impuros que se ríen, que gritan penitenciagite sin saber muy bien lo que dicen, lo que saben, lo que hacen, lo que son.

Un laberinto de ideas y de pasiones que todos los poetas se empeñan en aunar ahora, en una red inextricable, soplando con el silbo de la brisa que recorre los pasillos de este dédalo sin tiempo ni fronteras. Qué bien lo describió García Márquez al final de un siglo solitario repleto de personajes que en sí mismos son también los símbolos de una época, si no de la humanidad entera.

"Macondo era ya un pavoroso remolino de polvo y escombros centrifugado por la cólera del huracán bíblico, cuando Aureliano saltó once paginas para no perder tiempo en hechos demasiado conocidos, y empezó a descifrar el instante que estaba viviendo; descifrándolo a medida que lo vivía, profetizándose así mismo en el acto de descifrar la ultima pagina de los pergaminos, como si estuviera viendo en su espejo hablado."

Pronto pasará todo y quedaré aquí casi olvidado, esperando un nuevo aniversario.


viernes, 17 de abril de 2015

Caín y Abel

Apenas había nacido España (cuando yo existía como vosotros) y ya era un Imperio. No tuve tiempo de comprobar cómo éramos, quizás ni siquiera podría vislumbrar qué éramos, los españoles, digo. Siglos después, cuando ya no estoy aquí de aquella manera en que estuve, aunque sigo estando en cierto modo, escuché el resonar de lo que creí que eran arcabuces. Pasaron aún lo que he calculado que serían aproximadamente unas décadas y ya no se oía la atronadora música de Ares. Todo parecía tranquilo, sólo quedaba la memoria. La memoria, esa mujer interior que nos reaviva los hechos del pasado, esa madre reflexiva pero inflexible de la historia, pero también esa prostituta que se vende siempre al vencedor.

Estudié en mi adolescencia un uso antiguo, romano, que se llamaba la damnatio memoriae: por lo aprendido, creo que ocurría cuando un emperador malvado era derrocado; entonces, quien ocupaba el poder ordenaba derogar las leyes dictadas por el tirano, borrar todas las inscripciones de los monumentos conmemorativos, decapitar sus estatuas antes divinizadas y. a cambio, redactar nuevas normas, esculpir nuevos epígrafes y sustituir las testas marmóreas, destinadas a la cal, del antiguo dominus por las del nuevo pater patriae.

Y así seguimos, no hemos aprendido nada. Seguimos siendo maniqueos sin remedio, Caínes y Abeles que de vez en cuando cambian sus roles y revisan la historia para reescribirla al gusto del mejor postor. Nunca podré ponerme en la piel del otro, la piel que no habito.

jueves, 16 de abril de 2015

El tambor ha dejado de sonar.

Me ha parecido percibir un sordo revuelo a la entrada de este mundo. Un roce callado de espíritus que se aglutinan en el pasillo a contraluz. Un redoble de paso marcial que se ha ido haciendo humano. Una pipa de aromático tabaco picado que apenas mantiene el rescoldo de una época de posguerra. Una mirada socrática y molesta, como de tábano que sólo pica a quien se lo merezca. Un claroscuro de mostacho de otro siglo que seguirá vigente eternamente. Y no diré que no he derramado alguna lágrima, pues quien pela cebollas acaba siempre llorando.

domingo, 5 de abril de 2015

Insomnes

Debajo de esta entrada podéis leer (no os lo perdáis) la colaboración de nuestro amigo Mario. Ahí nos escribe sobre el Drácula de Bram Stoker. El enlace os permite leer la obra en vuestra pantalla. Así, si alguna noche perdéis el sueño, podéis encontrar un alivio con esta historia para no dormir. Hay ciertamente personas que se desvelan por muy variados motivos. No es por regla general mi caso: soy hombre de buen yantar y buen dormir, debe ser que tengo la conciencia tranquila y un apetito siempre dispuesto. Pero he oído hablar de casos verdaderamente extraños, como el de un oriental que sufre la maldición de no poder pegar ojo. No sabría decir realmente cuánto tiempo puede pasar una persona normal sin caer en los brazos de Morfeo.
También me han contado que existe una ciudad que nunca duerme y que alguien cantaba esa insomne cualidad urbana con voz eterna. Nunca llegué a conocerla. En la época en que yo vivía entre vosotros, recibía el nombre de Nueva Angulema y las malas lenguas contaban que un holandés compró por allí una isla a los indígenas por un puñado de abalorios diez años después de mi muerte o lo que fuera ese tránsito que me trajo hasta vosotros.
Ahora yo tampoco puedo cerrar mis ojos y desconectar un rato, o dar una cabezada o echar una siestecita. A propósito, ¿sabéis de dónde procede la palabra siesta? Resulta que la vida cotidiana de los romanos comenzaba, como es natural, al alba, la hora prima, de modo que al mediodía le llamaban hora sexta, la mejor hora para descansar un ratito. De sexta pasó a nuestra lengua castellana como 'siesta'. Esta costumbre tan castiza como mal interpretada durante muchos años está siendo ahora recomendada por la ciencia médica. Personalmente pienso que este descanso debe ser breve y respetuoso con el latín: una especie de siesta del mandarín antes del almuerzo, no esas "con pijama, Padre Nuestro y orinal" que tanto alaba (aunque esté tan muerto y tan vivo como yo) un ilustre compatriota y Premio Nobel. Mirad lo que dice en una de sus obras:

"Tres años me tuvieron encerrado, tres años lentos, largos como la amargura, que si al principio creí que nunca pasarían, después pensé que hablan sido un sueño; tres años trabajando, día a día, en el taller de zapatero del penal; tomando, en los recreos, el sol en el patio, ese sol que tanto agradecía; viendo pasar las horas con el alma anhelante, las horas cuya cuenta -para mi mal- suspendió antes de tiempo mi buen comportamiento."

Y es que, ya lo dicen algunos de los nuestros, la vida es sueño, el sueño es eterno y dormir es, en cierto modo, morir.




sábado, 28 de marzo de 2015

El origen de la familia

No hace mucho, poco antes de Semana Santa, creí entender este diálogo entre dos trabajadores de este centro:

-¿A dónde diriges tus pasos por estás soledades, Sir A.?
-Voy en busca del alumno perdido, M. Y, como presiento que mi búsqueda será en vano, me he hecho acompañar para tan desalentador viaje por estos dos compañeros.
-¿De quiénes se trata pues?
-Mira, llevo aquí a maese Nicolás y acá a don Federico.
-Caramba, dos lecturas que hoy pocos frecuentan: llegarás a ser sabio sin darte cuenta.
-No creas, sólo leo estas cosas a salto de mata.
-Ese es el futuro de la filosofía.

Algo me pareció que barruntaba Sir A., pero calló y bajó las escaleras sin añadir palabra. Llevaba un marcapáginas señalando un pasaje de la obra que D. Federico había dedicado a estudiar El origen de la familia. Yo, como ya sabéis, puedo hacer cosas increíbles y aquí está el párrafo que Sir A. tenía seleccionado:

"Pero en ambos casos el matrimonio se funda en la posición social de los contrayentes y, por tanto, siempre es un matrimonio de conveniencia. También en ambos casos este matrimonio de conveniencia se convierte a menudo en la más vil de las prostituciones, a veces por ambas partes, pero mucho más habitualmente en la mujer, que sólo se diferencia de la cortesana ordinaria en que no alquila su cuerpo a ratos, como una asalariada, sino que lo vende de una vez para siempre, como una esclava. A todos los matrimonios de conveniencia se les puede aplicar la frase de Fourier: “Así como en gramática dos negaciones equivalen a una afirmación, de igual manera en la moral conyugal dos prostituciones equivalen a una virtud”.

Entonces, cada uno se encaminó en una dirección distinta que no contraria, como suele ocurrirle a todos los seres humanos si no tienen tendencia al enconamiento. Me pareció que Sir A. rumiaba los siguientes pensamientos:

Realmente mi matrimonio es de conveniencia: pues, sin duda, mi mujer me conviene en tanto que conmigo viene y yo con ella voy, y por eso mi matrimonio es de conveniencia, pero no veo en ello prostitución alguna, tampoco institución ni constitución, sino estación de amor sin penitencia.

Con esto se dio por satisfecho y bajó las escaleras "tan contento, tan gallardo, tan alborozado... que el gozo le reventaba" por sus doloridas coyunturas quincuagenarias.


Muéstrame tus cartas

"Llegada la noche, me regreso a la casa y entro en mi estudio; en su umbral me quito esta ropa cotidiana sucia y llena de lodo, y me pongo ropas regias y curiales; así, vestido decentemente, entro a las antiguas cortes de los antiguos hombres donde, por ellos amorosamente recibido, me nutro de aquel alimento que solo es mío, y para el cual he nacido; y donde no me avergüenzo de hablar con ellos y preguntarles sobre la razón de sus acciones; y ellos por su humanidad me contestan; y durante cuatro horas no siento aburrimiento, olvido todo afán, no temo la pobreza, no me asusta la muerte: todo me trasfiero a ellos"
Quien pensó y escribió estas palabras no puede ser tachado de maquiavélico, por mucho que lo sea. Hay un tono de solemne transición de la tierra al éter, del lodo a lo sublime, de ser un campesino a ser un hombre docto. La imaginería es perfecta, el vestuario digno de eso que vosotros llamáis un óscar. El cielo para este hombre aparentemente humilde, pero que trató a las testas coronadas más representativas de su época, es su biblioteca, donde lo reciben cada tarde sus iguales.
Todos somos lo que creemos ser y lo que los demás ven en nosotros. Somos lo que pensamos y lo que decimos, que no siempre es lo mismo. Los grandes escritores son lo que dicen sus grandes obras, pero también lo que nos muestran sus cartas.

jueves, 26 de marzo de 2015

Comentarios

La realidad llega a mí a través de unos sentidos distintos posiblemente de los vuestros, aunque de vez en cuando y sólo para entendernos, utilizaré vocablos que suenen a humanos. Vosotros disfrutáis (y sufrís) con la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato. Los datos que llegan del exterior han sido puestos en duda y/o ensalzados por según qué filósofos.
En mi caso, la cosa funciona de otro modo: la razón se mezcla con las sensaciones sin orden ni concierto y el saber fluye por mi esencia psicosomática de modo indiscernible. De hecho, nunca sabré si sé algo a ciencia cierta, de ahí mi apetito por conocer.
He creído percibir algunos chismorreos, no sé si orales, escritos o sólo pensados por alguien, sobre mi autoría en relación a una obra. Recuerdo vagamente el título: 'Comentarios reales'. Querría eso decir, si hay algo de cierto en esos dimes y diretes, que yo alguna vez comenté algo sobre la realidad con la que convivía, sobre esa realidad que se me escapa tal como la construyo. Y que, no contento con ello, los puse por escrito, es decir, los fijé para la posteridad. Y que, además, alguien tuvo a bien editarlos, imprimirlos y publicarlos. Algún enemigo de mi fama y fortuna, supongo, pues, ¿qué podría comentar yo sobre lo real, si apenas puedo afirmar que existo? Os ruego que, si alguno de vosotros descubriera algo al respecto, me lo hiciera saber por cualquier medio. Os estaría agradecido en grado sumo.
Por otra parte, si yo fuera como vosotros, supongo que me halagaría lo que ha recibido mi sutil autoconsciencia: pues me ha parecido entender que dicen que no tenía mala pluma y que no carecían de interés esos escritos.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Ícaros

El viento me trae un murmullo aéreo de dolor terreno.
Recuerdo que, cuando era niño (también yo lo fui seguramente), soñaba lo que sueña cualquier ser humano. Había oído hablar, ya por entonces, de algún loco que creía haber inventado una solución. Incluso había leído mitos y leyendas al respecto.
El hombre siempre había envidiado a las aves. Por eso, seguramente, creó a los ángeles a su imagen y semejanza, pero les añadió alas para cumplir fabulosamente sus imposibles delirios. Ya antes los paganos politeístas tenían a sus ícaros y mercurios. Dioses y hombres se empeñaban en volar: a aquellos se lo concedieron, a éstos los aedos se lo hicieron pagar.
Globos inflamables, quebradizas alas, hélices afiladas como navajas, intentos desesperados, caídas brutales y huesos rotos, nada desanima al ser humano. Como decía el coro de la Antígona de Sófocles: 'Numerosas son las maravillas del mundo; pero, de todas, la más sorprendente es el hombre'.
Si vais a Córdoba por la autovía, justo antes de llegar podréis ver un elegante puente blanco, escultural, llamado de Ibn Firnás. También él, ya en época califal quiso domar el raro aire, las olas del viento, el vértigo de nuestros sueños más profundos.
Puente de Ibn Firnas
Más tarde, no contentos con esas fábulas, despreciando a los dioses y superando las leyes físicas, oí que unos hermanos habían dominado el éter con un extraño aparato volador. A partir de ahí ya no hubo límites, nos adueñamos del aire, como lo habíamos hecho del mar. Pero no somos dioses, seguimos siendo ícaros.

martes, 24 de marzo de 2015

La rebelión de los Titanes

Ha llegado un rumor extraño a mi medio ambiente de papel y polvo. Un murmullo revolucionario, pero doméstico. Como de jóvenes agitando el descontento. Algo nuevo para mí, si es que soy quien creo que soy. Siempre hubo quien estuvo en desacuerdo, a veces consigo mismo, otras con lo que la vida le otorgara, las más con los que le rodean u oprimen. El infierno siempre es lo otro. Los malos siempre son los que no son los míos. Dios siempre está de mi parte: y si soy ateo, la razón me ampara.
Decía antes un murmullo revolucionario y juvenil, porque parece ser que la juventud per se debe ser revolucionaria, y ay de aquella generación de jóvenes que no lo sea, pues es de esperar que mucho menos se muestre tal cuando sean viejos decrépitos. Sin embargo, a mí me viene ocurriendo lo contrario, fui joven sumiso y ahora, contando siglos, me voy volviendo cada vez más levantisco y la indignación ante tantos desafueros iza en mí cada día más la bandera de la agitación. Nunca es tarde si la revolución es buena.
También calificaba al principio este rumor de doméstico, domesticado debí decir más bien. Me da la impresión, por lo poco que entiendo, de que este sistema acoge, fagocita y asimila aquellos movimientos que pretenden criticarlo desde dentro, es decir, sirviéndose de los cauces que el propio sistema te ofrece y te permite. He escuchado, a lo largo de mi dilatada existencia, decir a gente sabia que al sistema se le combate mejor desde dentro; a otros, en cambio, que el cielo no se toma por consenso, sino por asalto.
Cuidado, estas frases lapidarias quedan muy bien como lemas y a muchos les gustaría apropiarse de ellas. Pero nihil novum sub sole. Podríamos ir dando saltos desde Pablo Iglesias hasta Carlos Marx y de este hasta Hölderling y desde el poeta romántico alemán hasta la mitología griega y nos encontraríamos con los Titanes asaltando el Olimpo en la Teogonía de Hesiodo.

lunes, 23 de marzo de 2015

El día después

'En primer lugar, me parece que es más fácil conservar un Estado hereditario, acostumbrado a una dinastía, que uno nuevo, ya que basta con no alterar el orden establecido por los príncipes anteriores, y contemporizar después con los cambios que puedan producirse. De tal modo que, si el príncipe es de mediana inteligencia, se mantendrá siempre en su Estado, a menos que una fuerza arrolladora lo arroje de él; y aunque así sucediese, sólo tendría que esperar, para reconquistarlo, a que el usurpador sufriera el primer tropiezo'.
Esto nos decía Nicolás, hace ya cinco siglos. Parece que ayer y hoy no difieren tanto: conseguir el poder y el mantenerlo, esa es la cuestión. Y si lo pierdes, recuperarlo, esperar el momento preciso, el fallo del adversario. Posiblemente Nicolás tenía más finura intelectual que los tertulianos de hoy en día para analizar la situación política, pero a cada uno su época. Hoy es el día de después. Ayer quedó para la historia. Mañana para la esperanza. Y todo, arrastrado por una fuerza anónima, se lo lleva el tiempo que todo lo devora a un espacio que nos fija y distribuye, que nos permite quedarnos o irnos, si el poder, la voluntad y la libertad se ponen de acuerdo. 
Hoy es el día de después, pero también el día de antes.

domingo, 22 de marzo de 2015

Polling day

Hoy es día de elecciones. El primero de una larga serie para este año. Cuando acabe el 2015 podría haberse producido una renovación total del sistema parlamentario estatal, autonómico y municipal, o podríamos seguir igual. Incluso habiendo realizado el citado cambio, podríamos seguir igual: cambiarlo todo para no cambiar nada.
Los griegos (los atenienses para ser más exactos) inventaron la democracia, una democracia con muchas restricciones, pues se trataba de una sociedad esclavista y patriarcal. Podríamos pensar que nuestras democracias actuales son muchísimo más avanzadas y tendríamos en parte razón, pero ya sabéis que hay muchas voces que critican nuestro sistema por convivir con una monarquía anacrónica y con una plutocracia rampante que no hace distingo de himnos, banderas, fronteras, ideologías, religiones ni culturas, porque el dinero, el DINERO con mayúsculas, no los tiene.
También los romanos vivieron durante cinco siglos bajo el título de república, la res publica, la cosa del pueblo, y no por ello dejaron de detentar básicamente el poder aquellos patricios, aquella nobleza de sangre devenida de las antiguas familias de los fundadores legendarios de Roma bajo los auspicios de un tal Rómulo; tampoco las siglas SPQR les impidió convertirse en un Imperio con métodos de injerencia internacional que todavía en pleno siglo XXI intentan emular los U.S.A.: hace 2.000 años los capitalistas romanos mercadeaban con vino, aceite, cereales y garum, hoy nos rodean las hamburguesas y los refrescos de cola, la ropa deportiva que nos muestra como verdaderos payasos a nuestros conciudadanos y los distintos aparatos de tecnología punta que sólo sirven para quedarse anticuados antes incluso de quedar inservibles por su diseño de corta duración.
Pero no por eso dejamos de votar a unos representantes (no todos espero) que nos engañan y nos roban, que incumplen sistemáticamente las propuestas de sus programas y que defienden con una dignidad digna de risa todos sus propios errores y chanchullos, mas no los ajenos. Y, aunque llevo toda esta entrada invitándome a mi mismo a no ser pesimista ni aguafiestas, ya veis que me cuesta mucho cumplir esa intención... tanto como a los políticos sus promesas electorales.

El Velo de Maya y el Manifiesto Comunista

Ya conocéis mi antigua aversión por la filosofía en sí misma. Seguramente estudié algo de ella en mi adolescencia que se me atragantó. Hoy por hoy, podría decir que me gustan los filósofos de una manera etimológica: en cuanto que aman la sabiduría. Pero, por concretar más, diré que me gustan cuando buscan la verdad, no cuando ya la han encontrado, es decir, me encanta verlos afanarse en recorrer un camino que les lleva a no se sabe dónde, pero detesto el momento del 'eureka', odio cuando Platón encuentra el Mundo de las Formas o Descartes su cogito ergo sum o Schopenhauer la Voluntad omnímoda. Todos creen haber resuelto el misterio del mundo, todos suponen haber inventado (en el sentido latino de invenio, 'venir al interior de algo') la solución a todos los problemas que aquejan al ser humano, de haber encontrado la respuesta al enigma supremo de nuestra ignorancia, de haber descorrido el Velo de Maya. Entonces es cuando yerran, cuando sustituyen la idea de 'dios' por otra fuerza o elemento universal que fluye como el agua o construye como la razón, y se convierten en pálidos reflejos de vendedores de fe. Parece ser que sólo la ciencia y la tecnología tiene el poder de matar a la divinidad, pero lo hace poco a poco, recortándole su propio terreno con cada nueva fórmula lógico-matemática, con cada descubrimiento físico-nuclear, con cada atisbo cuántico, con cada telescopoio que atalaya sobre el borde del universo, con cada terabit que suma a su materia virtual, con cada aleación forjada para ser mas ligera y resistente y con cada ley económica que protege a esta mercadotecnia con una obsolescencia debidamente programada.
Ya lo dijo Marx (y Engels, ¿qué hubiera sido de Carlos sin Federico?) en su Manifiesto Comunista:
" Los burgueses socialistas considerarían ideales las condiciones de vida de la sociedad moderna sin las luchas y los peligros que encierran. Su ideal es la sociedad existente, depurada de los elementos que la corroen y revolucionan: la burguesía sin el proletariado. Es natural que la burguesía se represente el mundo en que gobierna como el mejor de los mundos posibles. El socialismo burgués eleva esta idea consoladora a sistema o semisistema. Y al invitar al proletariado a que lo realice, tomando posesión de la nueva Jerusalén, lo que en realidad exige de él es que se avenga para siempre al actual sistema de sociedad, pero desterrando la deplorable idea que de él se forma".
También ellos creyeron encontrar la respuesta, pero aquí en la tierra, en lo más humilde del hombre, también vaticinaron y, en cierto modo, acertaron; pero también erraron, no vieron venir otros efectos, eran, por lo tanto, creyentes de su propia religión.

viernes, 20 de marzo de 2015

Eclipse

He oído por ahí (a veces me llega cierta información del exterior a través de no sé qué ondas que surcan el bosón de un tal Higs) que hoy, ahora mismo, se está produciendo un eclipse. También he oído de algunos visitadores que deambulan por los vericuetos de mi laberinto literario que 'es un lástima que el día esté nublado, así no podemos ver el sol oculto por la luna'. En realidad, es como si se produjera un doble eclipse: el sol ocultado por la luna, y ese fenómeno ocultado por las nubes. Las nubes, entiendo, no están funcionando como deben, se han dedicado no a llover, que es lo suyo, sino a ocultar espectáculos astronómicos que todo el género humano desea contemplar. Me imagino a aquél aficionado de última hora que adquirió ayer por la tarde, a toda prisa, un telescopio económico ('pero de prestaciones suficientes para lo que usted desea y, además, binocular para no perderse detalle', le animaría el dependiente de la vieja tienda de fotografía que está sufriendo la crisis como todos). Hoy se verá impelido a montarlo, siguiendo el libro de instrucciones, acuciado por la urgencia de sus hijos pequeños que gritan a su alrededor, poniéndolo aún más nervioso de lo que ya está; habrá pasado un buen rato cuando consiga tenerlo todo preparado; los niños, que se habían marchado aburridos de ver a su padre luchar con el proceso de montaje, vuelven a la carrera y empujan al progenitor que se deleita mirando con fruición a través del aparato. De pronto, las nubes se separan y abren un claro luminoso y limpio, y él comprende que, por precipitación, ha olvidado colocar los filtros específicos para observar el eclipse y que su retina se ha quemado de manera irreversible. Por fin ha visto la luz, la luz del Sol que todo lo ilumina y todo lo sabe, la luz de la verdad que nos abre los ojos de nuestra mente y de nuestro corazón. Él es un Edipo del siglo XXI que afronta su destino, que contempla su propia esencia y eso le causa una ceguera física a cambio de una comprensión délfica de sí mismo. Sonríe a la nueva opacidad del mundo físico, que ha perdido su carácter fenoménico, mientras sus hijos le piden que les permita asomarse al binocular.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Medio siglo

Últimamente me ha dado por la filosofía. Es curioso: siempre la había detestado. Si tuviera edad, una edad jovial, es decir, propia de Júpiter, o lo que es lo mismo, si tuviera medio siglo más o menos, pensaría, como Schopenhauer nos decía ayer en su Arte del buen vivir, que 'a los cincuenta años domina Júpiter, el hombre ha sobrevivido a la mayor parte de sus contemporáneos, y se siente superior a la generación actual. Estando en plena posesión de sus fuerzas, es rico de experiencia y conocimiento; tiene (en la medida de su individualidad y de su posición) autoridad sobre todos los que le rodean. No se deja mandar, porque quiere dirigir también. Es ahora el más apto en su esfera, para ser guía y dominador. Así culmina Júpiter y con él el quincuagenario'.
Podría ser yo mismo, si yo mismo fuera ese algo. Podría el terrible Arturo referirse a mí, o a ti si gozas de esa edad magnífica, que defiende también Vargas Llosa en La tía Julia y el escribidor: 'Recordé que, en un momento de nuestra conversación de la víspera en su cubil de Radio Central, el artista había dogmatizado, con fuego, sobre los cincuenta años del hombre. La edad del apogeo cerebral y de la fuerza sensual, decía, de la experiencia digerida. La edad en que se era más deseado por las mujeres y más temido por los hombres. Y había insistido, sospechosamente, en que la vejez era algo "optativo". Deduje que el escriba boliviano tenía cincuenta años y que lo aterraba la vejez: un rayito de debilidad humana en ese espíritu marmóreo.' ¿Quién era ese 'escriba boliviano' que alaba la media centuria con tanto ardor?

martes, 17 de marzo de 2015

Arte del buen vivir

Aquí me tenéis, en mi espacio vital. Cada ser en este mundo tiene el suyo. No es que no pueda sobrevivir en otro, pero éste es el adecuado, el que se adapta a mí de modo digno, el que me permite ser lo que en esencia soy.
Todos los comienzos son difíciles: pensad en el momento del nacimiento, el recién nacido se ve expulsado del útero de su madre, confortable y cálido, al exterior desconocido y hosco, es un choque brutal. Esto sólo lo supongo, porque yo físicamente no he nacido (o tal vez sí, si la physis incluye este entorno virtual en el que me muevo).
Sea como sea, podríamos convenir en esa dificultad del comienzo de algo. Si es así, si estáis de acuerdo conmigo, también deberíamos acordar que no es menos difícil el final de ese algo: el tránsito. El paso quizás a la nada, si es que de la nada se llegó al ser, quizás a otra esfera, a otro mundo distinto, paralelo o complementario, o religiosamente concluyente, para bien o para mal eterno.
Así que he decidido entreabrir a un amigo nada amigable, según dicen los entendidos. Pero esta disección me ha llevado, bien sea por mi propia voluntad o por una voluntad universal que a todos nos rige, a la página final. Es chocante (a mí al menos así me lo parece), que alguien tan agrio como este 'amigo' titule esta obra El arte del buen vivir, con ese eco resonante al Ars amandi de Ovidio, aquel poeta latino que convertía en verso todo lo que intentaba decir. Ya hablaremos de Ovidio otro día, de sus Metamorfosis y de sus Tristia, pero hoy toca recordar a este alemán, áspero, pesimista y misántropo hasta límites insospechados, que llamaba a su perro 'hombre' cuando el can se portaba mal.



ABIES

Abies, abietis es el enunciado latino de un sustantivo de la tercera declinación que significa 'abeto'.
Es curiosa la relación del mundo vegetal con la escritura: desde el papiro y el cálamo hasta la pasta de celulosa y la preocupación actual por el reciclaje han pasado siglos, aunque para mí la textura entrelazada por los egipcios y los folios color sepia del progreso sostenible no están tan distantes en el tiempo como para vosotros, felices mortales.
Pero de lo que venía a hablaros hoy no es de los distintos sistemas de escritura a lo largo de la Historia Universal (tema, por lo demás, apasionante donde los haya), sino del programa infórmatico ABIES, Aplicación para la gestión de las Bibliotecas Escolares,  desarrollado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y las Comunidades Autónomas para la automatización de la colección de las bibliotecas escolares.
Para informaros mejor podríais consultar el siguiente enlace: ABIES.

Mario Cuenca Sandoval

Mario Cuenca Sandoval
Estaré con vosotros para celebrar el próximo Día del Libro.

CINCO AUTORES CON MARIO: BRAM STOKER

Mario Cuenca Sandoval es profesor de Filosofía, poeta y novelista.
En esta sección nos recomienda 5 libros que no deberíamos dejar de leer.

1. BRAM STOKER

Modesto y formal, humilde servidor de otro hombre, ensombrecido por la capa de Drácula.

El irlandés Bram Stoker (1847-1912) es uno de esos autores cuyas criaturas han llegado a ser más célebres que su creador. Drácula, uno de los personajes de ficción que más adaptaciones y actualizaciones ha experimentado, fue moldeado a partir de la leyenda de Vlad Tepes, es decir, Vlad el Empalador, un sanguinario gobernante rumano que se enfrentó a los turcos, combinada con la figura y atuendo del esquelético compositor Franz Listz.

A Stoker le tocó vivir también a la sombra de una celebridad de su tiempo hoy olvidada: Henry Irving, el actor más importante de la era victoriana, director del teatro del Liceo de Londres. Como secretario personal de Irving, las tareas administrativas de Bram Stoker (llevar las cuentas del teatro, organizar las giras de su jefe, responder la correspondencia...) apenas le dejaban tiempo para escribir. De hecho, trabajó en su Drácula durante las vacaciones, a lo largo de siete años, hasta que en 1894 se retiró a un pueblo costero para rematar la novela.

Incluso en la construcción de su más célebre novela, Stoker lució los modales de un secretario: la obra es la recopilación de una serie de cartas, telegramas, noticias de prensa, todas ellas falsas, desde luego, como si el autor se hubiera tomado la molestia de reunir la documentación existente sobre la tenebrosa anécdota de la novela: el conde Drácula decide trasladarse a Londres (recuérdese: el remilgado Londres victoriano), donde el bullicio y la sangre joven corren a sus anchas.

Stoker pidió a Irving que interpretara el papel de Drácula en el montaje teatral sobre su relato que él mismo dirigió y estrenó antes del lanzamiento de la novela. Este constituyó un sonoro fracaso. Y, de hecho, jamás volvió a representarse.

En su tiempo, Drácula provocó división de opiniones. Algunos críticos la calificaron de insufrible y otros consideraron que sus excelencias eran tantas que resultaba imposible que hubiera sido escrita por Bram Stoker, habida cuenta de su exigua trayectoria literaria. Otros la ningunearon por su adscripción a un género considerado menor por los más estirados. Aquellos sobre quienes pese semejante prejuicio deberían animarse a comprobar que Drácula es una de las mejores novelas del siglo xix. En los planes de estudio de nuestros institutos, Flaubert o Dostoievski resultan (merecidamente) ineludibles, pero se suele echar en falta a Bram Stoker, quien, a juicio de Oscar Wilde, fue autor de “la novela más hermosa jamás escrita”.

Pero incluso la muerte del desdichado Stoker fue ensombrecida por otros acontecimientos, pues coincidió con la tragedia del Titanic y apenas apareció en unos pocos obituarios de prensa.

BRAM STOKER

BRAM STOKER
Por Lorenzo Marqués

CDU

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