miércoles, 29 de abril de 2015

REBECA

El maestro Alfredo nos dejó esta cinta en blanco y negro, basada en la novela de Daphne du Maurier (qué bien suenan los pseudónimos antiguos cuando son nombres reales), donde nos cuenta la historia de Maximilian De Winter (Laurence Olivier), aristócrata inglés, que ha perdido a su esposa, Rebeca De Winter, hallada muerta junto a la costa. Maximiliam va a Montecarlo con el ánimo de sobreponerse a lo sucedido. Allí conoce a una joven (Joan Fontaine), empleada por una señora, Mrs. Van Hopper, como dama de compañía. Y a partir de ahí...

Pero no era de esto lo que este viejo abeto quería escribiros, sino de otra REBECA, menos poética y cautivadora, menos inquietante, pero igual de sugerente. Porque esta base de datos, que sugiere registros bibliográficos en formato Ibermarc, está concebida como una fuente de recursos para la catalogación automatizada, principalmente dirigida a las bibliotecas públicas. De modo que resulta una ayuda indispensable para quien quiera catalogar sus libros y no encuentre la ficha técnica en el catálogo de ABIES, que soy yo.

Ah, a propósito. Daphne de Maurier también escribió una novela titulada 'Los pájaros', ¿os suena?


¡3 x 2: oferta del día!

Esta mañana abrí los ojos que no tengo (debe ser una costumbre adquirida en mi pasado) y escuché (sí, ya sé que confundo mis sentidos y los vuestros, pero el sentido que más vale es el común, que todavía está por definir). Escuché un par de voces femeninas. Escuché esto, que aunque antiguo aún parece vigente:

cada cual con si kirie eleison.

En fin, que Dios nos pille confesados que "con la iglesia hemos dado, amigo Sancho".

sábado, 25 de abril de 2015

El Día del Libro en el Inca


El 23 de abril de este año, recibimos en nuestro centro la visita de la poetisa Maricruz Garrido.

Este año, como parte del programa de eventos realizados para conmemorar el Día del  Libro, los alumnos de 1º de Bachillerato tuvimos el placer de escuchar un recital de poesía de Maricruz Garrido Linares. A través de su obra "Perfil de poetas y escritores", esta poetisa prieguense, Licenciada en Filología Inglesa, nos presentó algunas de sus composiciones, relacionándolas con la vida de genios de la literatura, desde Shakespeare hasta Virginia Woolf, destacando en especial los poetas de la Generación del 27.
Asimismo, la poetisa nos explicó la evolución de su obra, que empezó siendo intimista y en la actualidad tiene una finalidad social y de protesta ante la actual situación política y económica.
Este recital me pareció muy conveniente, ya que los jóvenes en general no se acercan a la poesía por su aparente dificultad, y sin embargo Maricruz nos aproximó de un modo grato a los grandes poetas que ella admira.

Pero antes de dar mi opinión, mejor es que juzguéis por vosotros mismos la calidad del poemario de Maricruz: haz clic sobre el cartel anunciador.

Azucena Doncel Ramírez

viernes, 24 de abril de 2015

Leer os hará libres


Mario y George versus Adolf. Una guerra eterna entre el bien y el mal. La realidad y la ficción. La realidad que se hace ficción y la ficción que refleja la realidad. Farenheit 451 y la quema de libros durante la Aktion wider den undeutschen Geist. Y sobre todo el miedo. Existe algún término que signifique miedo a los libros, miedo a leer. Puesto que he conocido a algún que otro bibliófilo, sin lugar a dudas me habré topado, en este mundo o en el otro, con algún bibliófobo.

Pero también, ¿y por qué no?, el ama y la sobrina de don Quijote.




jueves, 23 de abril de 2015

La imagen del Inca

En realidad nunca se ha conocido la verdadera imagen de Gómez Suárez de Figueroa, el Inca Garcilaso. No se sabe con certeza qué podría reflejar su rostro del pueblo inca, del que su madre era una princesa, y qué tendría de su padre español. Nacido en abril de 1539, Gómez Suárez de Figueroa vivió en la ciudad imperial de los incas hasta los veinte años y partió para Europa en 1560, sin dejar huella alguna de su figura. Los retratos, oriundos del Renacimiento europeo, responden a la necesidad de representar generalmente a una personalidad, sobresaliente por sus méritos. El Inca Garcilaso ya los había adquirido en 1570 gracias a su traducción del italiano al español de un libro de teología y filosofía neoplatónica, los DIÁLOGOS DE AMOR de León Hebreo, pero era muy pronto para haber incorporado este uso europeo en América del Sur. Aunque con posterioridad, hubo varias recreaciones imaginativas del rostro del Inca Garcilaso; la primera sería la versión anónima de la Escuela Cuzqueña, ejecutada hace unos 250 años, la segunda la inicia Francisco González Gamarra, en 1925. A partir de ese momento se sucederán otras versiones sucesivas de sus pinceles, en las que se mantiene el mismo rostro y las facciones, pero cambian aspectos accidentales de edad, color de la piel, vestimenta, postura y expresión. Además existen otras interpretaciones del rostro del Inca Garcilaso, que datan de 1939 y 1959. La imagen que nosotros conocemos es la de este último año y se debe a la iniciativa de José Cobos Jiménez, escritor y cronista oficial de Montilla en los años cincuenta, nombrado cónsul honorario de Perú. Cuando por esta época se descubrió la casa donde el Inca había vivido en nuestra ciudad durante treinta años, gracias a los trabajos del profesor e investigador peruano Raúl Porras Barrenechea, se expone la necesidad de contar con una imagen suya para el proyecto de hacer de su vivienda, su casa museo. Al no existir ningún retrato oficial, se decide construirla a partir de supuestos, como se había hecho anteriormente. José Cobos envía a Perú una reproducción del retrato de don Luis de Góngora hecho por Velázquez, como el cordobés más representativo de todos los tiempos, que serviría de base para la elaboración de su rostro. Allí el artista peruano responsable añadiría los rasgos supuestamente suyos más característicos y definitorios, observados de los retratos antes citados, que se conservan en la universidad de Lima. En la reciente exposición de retratos a plumilla, hemos tenido en nuestro centro la oportunidad de presentar dos versiones mías de los personajes citados, del Inca pintado en 1959 y del Góngora de Velázquez. Aparte de la diferencia de edad y de los rasgos definitorios del Inca, pudimos contemplar similitudes más que sospechosas, como la vestimenta, la nariz aguileña, la cara alargada, el mentón estrecho, redondeado y rematado con una insinuación de perilla debajo del labio. La casualidad de llegar a exponer a ambos personajes juntos, me ha llevado a escribir esto, que pocos de los que entramos a diario en el instituto Inca Garcilaso conocen, que su retrato no corresponde a una imagen real; es sólo supuesto. 

Lorenzo Marqués Muñoz-Repiso

¿El día de qué?

El día del libro. ¿Es que no lo oyes, es que no lo ves?.
Lo siento, pero ya sabréis que no disfruto de los mismo sentidos que vosotros. No soy un ectoplasma, pero tampoco poseo las cinco vías de percepción que tuve en mi momento. Ahora todo son opacas sombras (no de Grey, precisamente) y murmullos sordos (a palabras necias, ya se sabe).
En fin, me han venido a la mente (que es de lo poco que me va quedando, y esto a un nivel casi espiritual) las palabras de ciertos sabios que, a lo largo de estos siglos en los que vengo faltando cuando pasan lista, no dejan de merodear por los vericuetos de mi ausencia tan presente. Y de esas palabras he escogido las siguientes:


También me cautivaron las palabras de un ciego, un Tiresias contemporáneo vuestro, que seguía vaticinando, como el orate griego, desde más allá de las aguas del Leteo que a casi todos nos hacen caer en el olvido:





miércoles, 22 de abril de 2015

Locos lectores

"En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos, como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles, y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo."

Qué placer. Es la palabra del día. ¿Quién ha escrito jamás con esta elegancia en lengua castellana? Posiblemente nadie. Por eso causa placer cada párrafo, cada frase, cada palabra perfectamente colocada, plenamente utilizada cómo y dónde se debe, mostrando la realidad, pero mostrando también a quien la describe.

Y qué locura. Porque leer es, en cierto modo, enloquecer. Y enloquecer, a veces, te lleva a la sabiduría, o quizás sea al contrario. No sé. No soy sabio, soy un necio que quisiera saber. Es un paso, ¿no? Por eso leo, lo confieso, para saber y disfrutar aprendiendo, para olvidar y volver a aprender. Por eso precisamente leo.

martes, 21 de abril de 2015

Un viaje de cuento

Un Viaje de Cuento no es solo una serie de libros donde se narran las andanzas de Salva Rodríguez alrededor del mundo con su bicicleta como rocinante. Es además el proyecto de vida de este profesor de Educación Física granadino que un buen día, hace ya 10 años, decidió cambiar la mochila por alforjas, su casa por una frágil tienda de campaña y a lomos de su bicicleta, comenzar un viaje que terminó hace unos meses y que recorre África, desde Tánger a Ciudad del Cabo por el oeste y desde ahí hasta Alejandría por el Este; Asia hasta el Japón por parte de la Ruta de la Seda; y desde Anchorage en Alaska pedalear hacia el sur hasta la misma Ushuaia.
Salva Rodríguez con su bici por Siberia
De mirada amplia, amigable sonrisa y actitud desprendida, Salva es un regalo como amigo y como compañero de viaje, que la vida me ha dado la suerte de compartir durante miles de kilómetros por este país y algunos lugares de este bendito planeta. 

La narración es una "road movie" de la literatura de viajes en bicicleta, donde se suceden las anécdotas, descripciones de paisajes y gentes, encuentros, reflexiones, altercados y demás sucesos vitales que dan un viaje tan al límite, con el próximo día como objetivo y sin más pretensión que hacerte sentir que viajes con él. Eso, quién ha viajado en bicicleta, lo percibe a la segunda página. 

Están disponibles los dos primeros volúmenes de la serie; África y Asia. Por lo que se, América se terminó de corregir hace unos días y está en imprenta. Pronto podremos bebérnoslo también, cual refrigerio estival.

DISFRUTEN, SI LES APETECE !!!

Todo está en los libros

Parece como si todo el mundo estuviera mirándome.

Tengo la extraña sensación de que todos se agolpan ante mis letras y que todas esas letras mías fueran las de todos, las de todos los tiempos y lugares, las de todos los alfabetos y lenguajes, las que todos los seres humanos de la historia hubieran escrito o grabado, transmitido y borrado a lo largo de los siglos y a lo ancho de todos los países y regiones, estados e imperios, reinos y repúblicas. Se arremolinan ante mí mensajes, símbolos y señales, códigos y frecuencias, brailles, morses y nubes de humo entrelazadas o dispersas. Toda la información que nuestra raza ha generado durante milenios, toda la que ha llegado de un emisor a un receptor, pero también la voluntad de lo que se ha perdido y, en su irrealidad latente, quisiera poder ser de alguna manera inexpresable.

Un laberinto de obras personales y universales que se amontonan en los estantes que se adhieren a las paredes que conforman unas salas que se dan paso las unas a las otras, forjando un laberinto que conserva y protege, que defiende y ofende, que rechaza a la vez a los curiosos y a los malvados, a los impuros que se ríen, que gritan penitenciagite sin saber muy bien lo que dicen, lo que saben, lo que hacen, lo que son.

Un laberinto de ideas y de pasiones que todos los poetas se empeñan en aunar ahora, en una red inextricable, soplando con el silbo de la brisa que recorre los pasillos de este dédalo sin tiempo ni fronteras. Qué bien lo describió García Márquez al final de un siglo solitario repleto de personajes que en sí mismos son también los símbolos de una época, si no de la humanidad entera.

"Macondo era ya un pavoroso remolino de polvo y escombros centrifugado por la cólera del huracán bíblico, cuando Aureliano saltó once paginas para no perder tiempo en hechos demasiado conocidos, y empezó a descifrar el instante que estaba viviendo; descifrándolo a medida que lo vivía, profetizándose así mismo en el acto de descifrar la ultima pagina de los pergaminos, como si estuviera viendo en su espejo hablado."

Pronto pasará todo y quedaré aquí casi olvidado, esperando un nuevo aniversario.


viernes, 17 de abril de 2015

Caín y Abel

Apenas había nacido España (cuando yo existía como vosotros) y ya era un Imperio. No tuve tiempo de comprobar cómo éramos, quizás ni siquiera podría vislumbrar qué éramos, los españoles, digo. Siglos después, cuando ya no estoy aquí de aquella manera en que estuve, aunque sigo estando en cierto modo, escuché el resonar de lo que creí que eran arcabuces. Pasaron aún lo que he calculado que serían aproximadamente unas décadas y ya no se oía la atronadora música de Ares. Todo parecía tranquilo, sólo quedaba la memoria. La memoria, esa mujer interior que nos reaviva los hechos del pasado, esa madre reflexiva pero inflexible de la historia, pero también esa prostituta que se vende siempre al vencedor.

Estudié en mi adolescencia un uso antiguo, romano, que se llamaba la damnatio memoriae: por lo aprendido, creo que ocurría cuando un emperador malvado era derrocado; entonces, quien ocupaba el poder ordenaba derogar las leyes dictadas por el tirano, borrar todas las inscripciones de los monumentos conmemorativos, decapitar sus estatuas antes divinizadas y. a cambio, redactar nuevas normas, esculpir nuevos epígrafes y sustituir las testas marmóreas, destinadas a la cal, del antiguo dominus por las del nuevo pater patriae.

Y así seguimos, no hemos aprendido nada. Seguimos siendo maniqueos sin remedio, Caínes y Abeles que de vez en cuando cambian sus roles y revisan la historia para reescribirla al gusto del mejor postor. Nunca podré ponerme en la piel del otro, la piel que no habito.

jueves, 16 de abril de 2015

El tambor ha dejado de sonar.

Me ha parecido percibir un sordo revuelo a la entrada de este mundo. Un roce callado de espíritus que se aglutinan en el pasillo a contraluz. Un redoble de paso marcial que se ha ido haciendo humano. Una pipa de aromático tabaco picado que apenas mantiene el rescoldo de una época de posguerra. Una mirada socrática y molesta, como de tábano que sólo pica a quien se lo merezca. Un claroscuro de mostacho de otro siglo que seguirá vigente eternamente. Y no diré que no he derramado alguna lágrima, pues quien pela cebollas acaba siempre llorando.

domingo, 5 de abril de 2015

Insomnes

Debajo de esta entrada podéis leer (no os lo perdáis) la colaboración de nuestro amigo Mario. Ahí nos escribe sobre el Drácula de Bram Stoker. El enlace os permite leer la obra en vuestra pantalla. Así, si alguna noche perdéis el sueño, podéis encontrar un alivio con esta historia para no dormir. Hay ciertamente personas que se desvelan por muy variados motivos. No es por regla general mi caso: soy hombre de buen yantar y buen dormir, debe ser que tengo la conciencia tranquila y un apetito siempre dispuesto. Pero he oído hablar de casos verdaderamente extraños, como el de un oriental que sufre la maldición de no poder pegar ojo. No sabría decir realmente cuánto tiempo puede pasar una persona normal sin caer en los brazos de Morfeo.
También me han contado que existe una ciudad que nunca duerme y que alguien cantaba esa insomne cualidad urbana con voz eterna. Nunca llegué a conocerla. En la época en que yo vivía entre vosotros, recibía el nombre de Nueva Angulema y las malas lenguas contaban que un holandés compró por allí una isla a los indígenas por un puñado de abalorios diez años después de mi muerte o lo que fuera ese tránsito que me trajo hasta vosotros.
Ahora yo tampoco puedo cerrar mis ojos y desconectar un rato, o dar una cabezada o echar una siestecita. A propósito, ¿sabéis de dónde procede la palabra siesta? Resulta que la vida cotidiana de los romanos comenzaba, como es natural, al alba, la hora prima, de modo que al mediodía le llamaban hora sexta, la mejor hora para descansar un ratito. De sexta pasó a nuestra lengua castellana como 'siesta'. Esta costumbre tan castiza como mal interpretada durante muchos años está siendo ahora recomendada por la ciencia médica. Personalmente pienso que este descanso debe ser breve y respetuoso con el latín: una especie de siesta del mandarín antes del almuerzo, no esas "con pijama, Padre Nuestro y orinal" que tanto alaba (aunque esté tan muerto y tan vivo como yo) un ilustre compatriota y Premio Nobel. Mirad lo que dice en una de sus obras:

"Tres años me tuvieron encerrado, tres años lentos, largos como la amargura, que si al principio creí que nunca pasarían, después pensé que hablan sido un sueño; tres años trabajando, día a día, en el taller de zapatero del penal; tomando, en los recreos, el sol en el patio, ese sol que tanto agradecía; viendo pasar las horas con el alma anhelante, las horas cuya cuenta -para mi mal- suspendió antes de tiempo mi buen comportamiento."

Y es que, ya lo dicen algunos de los nuestros, la vida es sueño, el sueño es eterno y dormir es, en cierto modo, morir.




Mario Cuenca Sandoval

Mario Cuenca Sandoval
Estaré con vosotros para celebrar el próximo Día del Libro.

CINCO AUTORES CON MARIO: BRAM STOKER

Mario Cuenca Sandoval es profesor de Filosofía, poeta y novelista.
En esta sección nos recomienda 5 libros que no deberíamos dejar de leer.

1. BRAM STOKER

Modesto y formal, humilde servidor de otro hombre, ensombrecido por la capa de Drácula.

El irlandés Bram Stoker (1847-1912) es uno de esos autores cuyas criaturas han llegado a ser más célebres que su creador. Drácula, uno de los personajes de ficción que más adaptaciones y actualizaciones ha experimentado, fue moldeado a partir de la leyenda de Vlad Tepes, es decir, Vlad el Empalador, un sanguinario gobernante rumano que se enfrentó a los turcos, combinada con la figura y atuendo del esquelético compositor Franz Listz.

A Stoker le tocó vivir también a la sombra de una celebridad de su tiempo hoy olvidada: Henry Irving, el actor más importante de la era victoriana, director del teatro del Liceo de Londres. Como secretario personal de Irving, las tareas administrativas de Bram Stoker (llevar las cuentas del teatro, organizar las giras de su jefe, responder la correspondencia...) apenas le dejaban tiempo para escribir. De hecho, trabajó en su Drácula durante las vacaciones, a lo largo de siete años, hasta que en 1894 se retiró a un pueblo costero para rematar la novela.

Incluso en la construcción de su más célebre novela, Stoker lució los modales de un secretario: la obra es la recopilación de una serie de cartas, telegramas, noticias de prensa, todas ellas falsas, desde luego, como si el autor se hubiera tomado la molestia de reunir la documentación existente sobre la tenebrosa anécdota de la novela: el conde Drácula decide trasladarse a Londres (recuérdese: el remilgado Londres victoriano), donde el bullicio y la sangre joven corren a sus anchas.

Stoker pidió a Irving que interpretara el papel de Drácula en el montaje teatral sobre su relato que él mismo dirigió y estrenó antes del lanzamiento de la novela. Este constituyó un sonoro fracaso. Y, de hecho, jamás volvió a representarse.

En su tiempo, Drácula provocó división de opiniones. Algunos críticos la calificaron de insufrible y otros consideraron que sus excelencias eran tantas que resultaba imposible que hubiera sido escrita por Bram Stoker, habida cuenta de su exigua trayectoria literaria. Otros la ningunearon por su adscripción a un género considerado menor por los más estirados. Aquellos sobre quienes pese semejante prejuicio deberían animarse a comprobar que Drácula es una de las mejores novelas del siglo xix. En los planes de estudio de nuestros institutos, Flaubert o Dostoievski resultan (merecidamente) ineludibles, pero se suele echar en falta a Bram Stoker, quien, a juicio de Oscar Wilde, fue autor de “la novela más hermosa jamás escrita”.

Pero incluso la muerte del desdichado Stoker fue ensombrecida por otros acontecimientos, pues coincidió con la tragedia del Titanic y apenas apareció en unos pocos obituarios de prensa.

BRAM STOKER

BRAM STOKER
Por Lorenzo Marqués

CDU

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